NOVEDADES: 1 ejemplar de Morito común (Plegadis falcinellus) alimentándose en un prado cercano a la Playa de Antuerta (Ajo, 23/03/2012). 1 ejemplar de Abubilla (Upupa epops) en un prado cercano a la Playa de Cuberris. Paso prenupcial (Ajo, 20-21/03/2012). 1 ejemplar de Arao común (Uria aalge) orillado en la Playa de Cuberris (Ajo, 14/03/2012).

sábado, 20 de diciembre de 2008

Gaviota de Sabine y otros láridos en la Ría de Ajo

El pasado 13 de Diciembre de 2008 disfruté de una de esas jornadas por las que merece la pena dedicar tanto tiempo y esfuerzo a esta sana y gratificante afición que es la ornitología.

Foto cortesía de Jesús Menéndez

La cosa no pintaba muy bien; el día amanecía con frío y lluvia, tal y como habían previsto los programas meteorológicos. Me estrenaba en el RAM (Red de Aves Marinas y Cetáceos) del Cabo de Ajo, con Javier Palazuelo y Jesús Menéndez (coordinador de puesto).

En vista de que nos íbamos a calar hasta los huesos en Ajo, decidimos ir al Cabo Quejo (Isla), a un lugar conocido por mis dos compañeros en el que estaríamos resguardados del viento y la lluvia. Lo más destacado de la mañana fue un grupo de calderones comunes (Globicephala melas) hacia el Este, que posteriormente cambió su rumbo para dirigirse al Oeste, era la primera vez que observaba esta especie. También un grupo de delfines mulares (Tursiops truncatus) que yo no acerté a ver, una lástima. Además había varios alcas y araos nadando bastante cerca, un bando de cucharas hacia el Oeste, cormoranes moñudos, un negrón común, algunos alcatraces y, como anécdota, un halcón peregrino apareció frente a nosotros con una presa en sus garras, que posteriormente devoró justo encima de nuestra posición, ya que, de vez en cuando, veíamos caer pequeñas plumas.

En general, la meteorología no acompañó demasiado y la sesión fue un tanto pobre y decepcionante en cuanto a observaciones. En ese momento no era consciente de lo que estaba por llegar.

Tras despedirme de mis compañeros ornitólogos tomé rumbo a Ajo con la intención de meterme en casa para entrar un poco en calor pero, cuando pasaba a la altura de Bareyo, miré hacia la ría y observe que había un número importante de gaviotas, por lo que finalmente me dirigí al lugar desde donde normalmente observo la avifauna presente en el estuario.

En un maizal segado aledaño al estuario se encontraba un grupo de gaviotas alimentándose; en éste había algunas reidoras, un ejemplar de 1er año-calendario de gaviota cana (3ª cita en el estuario este otoño), un ejemplar también de 1er año-calendario de gaviota enana que llevaba en la zona al menos desde el 09/12 y, finalmente, un ejemplar de la misma edad de una especie que nunca habría imaginado que podía llegar a contemplar en ese lugar. Estaba ante un precioso ejemplar de 1er año-calendario de Gaviota de Sabine (Larus o Xema sabini), especie que todavía no había avistado nunca, ni siquiera desde la costa.

Embargado por la emoción del momento, quise que alguien más viese el ave, así es que llamé a Jesús Menéndez y le comuniqué lo que acababa de ver; raudo y veloz éste acudió a donde me encontraba y pudo observar de primera mano tan extraño e inusual avistamiento en el entorno de un estuario.

En efecto, la Gaviota de Sabine es un ave eminentemente pelágica fuera de sus colonias de cría en el ártico, y tan extraña cita seguramente sea debida a que el ave estaba “tocada” por el temporal y se ha resguardado en el estuario para recuperar fuerzas antes de continuar con su ruta migratoria. Los ejemplares observados en Europa provienen generalmente del norte de Canadá y Groenlandia, y pasan frente a nuestras costas desde Agosto a Octubre en busca de sus cuarteles de invierno en las aguas del suroeste de África, por lo que esta cita es además bastante tardía.

Estuvimos un rato más observando y detectamos la presencia de gaviotas argénteas adultas entre la masa de patiamarillas y sombrías; al menos 3 ejemplares. Después de comer, me dirigí nuevamente a la ría armado con la cámara para plasmar tan excepcional avistamiento. La lluvia me dió un poco de tregua y me dejó hacerle unas cuantas fotos y videos al ave. Al rato me llama Jesús, que venía para la ría a seguir observando la gaviota; éste logro acercarse lo suficiente al ave para hacerle unas cuantas fotos a pesar de la poca luz imperante.





La gaviota permaneció al menos 2 días más en la zona, la última vez que la ví fue el 15/12. Su estancia en este entorno ha sido breve pero lo suficiente para llenar nuestras pupilas con su hermosa presencia. A ver cuál es la próxima sorpresa que nos depara este pequeño estuario, tan poco frecuentado por los amantes de las aves.

Otras imágenes del ave a continuación...





domingo, 7 de diciembre de 2008

Pato Havelda en la Ría de Ajo

El pasado día 15 de Noviembre de 2008 descubrí casualmente en la Ría de Ajo un invitado de excepción de lo más inesperado. Me encontraba observando con el telescopio, escrutando poco a poco el estuario en busca de algún avistamiento interesante, como es propio de estas fechas otoñales.

En ese momento, alrededor de las 17 horas, la ría estaba en pleamar y cuando volví el telescopio a mi derecha, hacia la zona de marisma que hay frente al pinar de la margen de Arnuero, algo llamo poderosamente mi atención.

Ví un ave nadando entre los canales de la marisma que estaba constantemente zambulléndose sin cesar. Su coloración general era parduzca oscura con la cabeza pálida; lo primero que se me vino a la mente fue una hembra o juvenil de Negrón común (Melanitta nigra), la cual ya había citado en este estuario en un par de ocasiones. Sin embargo, fijándome más detenidamente en el patrón de la cabeza pálida con banda oscura desde la frente a la nuca y mancha también oscura en las mejillas, todo conducía a... ¿Pato Havelda?¿En la Ría de Ajo?... Estaba perplejo.

Rápidamente me apresuré a recoger el telescopio y meterlo en el coche para acercarme un poco más al lugar en el que se alimentaba el ave. Enseguida volví a sacar el telescopio, me acerqué lentamente a la orilla y busqué al pato. Analizando más profundamente los detalles del plumaje llegué a la conclusión de que se trataba de una hembra, hembra joven de este año para ser exactos, concluje tras documentarme posteriormente en casa mediante la pertinente bibliografía.
Continué deleitándome con este precioso ave que no había visto nunca hasta que la falta de luz me hizo desistir. Me llamó poderosamente la atención lo nerviosa que era, pues se zambullía más que cualquier otro pato buceador que había observado antes.

Al día siguiente tocaba madrugar ya que tenía la intención de tomar unas fotografías y unos videos del ave mediante digiscoping. He aquí una muestra de lo que se dejó hacer.





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